En la que se narra lo acontecido en una terraza.

Fui al baño pero no me perdí de nada. Septiembre 30 2008

Los aplausos los comenzó ella desde una de las mesas del fondo, pegada al balcón que da a las espaldas de la catedral. Si había pretendido pasar desapercibida o al menos mantener un perfil discreto, le ganó el entusiasmo, comenzó a aplaudir instalada en palero egresado de los mejores tiempos de “En familia con Chabelo”.

Pero no, ella no fue la protagonista de la tarde, ese papel estaba reservado desde hacía tiempo para alguien más, Galdino presente en el lugar, sugirió dibujarla en el mural que adorna la terraza del Centro Cultural de España, junto a otros coloridos personajes, un ingeniero atajó su intento, “No, no va a caber su ego”.

Memo y su corbata sonreían en la Web Cam, (“qué si, que tenemos tecnología”, pensó Galdino), el Bazooka también sonreía, ahora si se bañó pero de todos modos lo dejaron.

Como si no fuera suficiente lo que ya se veía, los ingenieros, testigos forzados del espectáculo, soportaron entre otras cosas la voz “campechana” dando y recibiendo indicaciones desde el nextel al micrófono abierto para “ilustrar” al público asistente.

Fue otra la dueña de la tarde, ya se veía venir, claro; en un singular despliegue escénico, dominio del espacio y el lenguaje corporal, (ya no grita con la voz pero le queda el cuerpo, pensaba otra vez Galdino) explicaciones a los espectadores, interrupciones, disculpas, señas a Fausti, señas a los ingenieros, conteos, indicaciones al comandante Carlillos y a Orly quienes se aburrían y desaburrían a voluntad con las fotos de reporteros y entrevistados.

“¿Cómo viaja la señal?, ahorita le voy a pedir al ingeniero que nos explique.”

Taller. Así lo anunciaron, así lo quisieron representar y así lo padecieron quienes estuvieron. Algo fuera de programa: “Ricardo Flores, nuestro subdirector de información nos va a explicar cómo se forma el contenido de los noticiarios…”. Richard sólo se enteraría hasta que más tarde le pusieron el micrófono en las manos.

Dos ya claudicaron, una pareja acaba de salir, no se veían contentos pero a lo mejor ya estaban en la terraza cuando comenzó todo y los tomaron desprevenidos, a lo mejor si les hubieran avisado antes…

Esto es lo de Fausti, es su ambiente, mueve bocinas, toma fotos, también da indicaciones ¿Por qué no?, atraviesa de un lado a otro, sonríe, todo sin perder de vista a la Jefa, no trajo corbata porque iba a hacer talacha, así no se puede, pero sí, sí trae su cadena encima de la playera, ¡para que luzca, pues!.

Si alguien pregunta: unas treinta personas, menos dos que ya se fueron, la pareja, más otros tres o cuatro que llegaron más tarde.

Rebeca roba cámara, desde la pantalla plana luce media sonrisa (¿o no?, ¿así es?, Galdino no sabe), saco morado, mascada o pañoleta café, lentes, “Rebeca Sánchez en vivo, adelante Rebeca”, presenta Lazacano.

Fui al baño pero no me perdí de nada, M. sigue hablando.

“…Ángel Martínez que normalmente es muy rollero…”.

M sigue hablando, Ángel en fotografía en la pantalla plana, ahora Elsy, sigue la transmisión.

En la terraza Richard explica su trabajo, no hay pánico escénico, parece que lo hace todos los días…por cierto viene uniformado…ah ya! los subdirectores de negro, para distinguirlos.

“Pepe agáchate tantito para que te vea…”

La cosa sigue: Comentarios, aplausos, piropos, cebollazos (¿o se dice guayabazos?) halagos. M se mueve, domina la escena. (Sí Perdono, es un escenario si se vale porque es una representación).

M parece cansarse o tomar aire, Lazacano gana terreno, presenta orgulloso a su hijo. Vanidades, egos, envidias, sale un “fans”, no, de Nora no, de Mario Campos.

En pantalla el señor Luna, la corbata es suya o se la quitó a Memo, a lo mejor es la que no trajo Fausti, en fin, Cuevas en la terraza, Luna en pantalla, creo que se peinó.

Otro ingeniero: “que M. no expliqué tanto la producción si no la gente se va a dar cuenta que al final no se hace nada, que está fácil pues”.

Uno de los momentos de la tarde, atención. M cita a Zabludowsky: “La única transmisión en vivo perfecta es la que no se ha hecho” (“No nos conoce”. Galdino).

Sigue: “Okei, ¿escucharon ese sonido horrible que sonó hace rato? se llama retroalimentación…” (“No, se llama M y sigue sonando” Galdino).

Orly sigue en su lugar, mira con ojos de borrego a medio dormir cómo pasa un club sándwich, hasta estiró el cuello. Carlillos toma fotos, momento histórico ha de creer, “Tengo que registrar la imagen de la transmisión perfecta” ha de pensar.

Supermesa, Nora en fotografía, Mario Campos es presentado, aplausos, chiflidos, ah son Orly y Carlillos, M. alienta los aplausos, son del mismo barco claro.

Nora saluda y al hacerlo se queda con el micrófono, diserta sobre el libro, la exposición, la radio pública, el concurso y hasta sobre los “fans”, nadie la calla, Cuevas se lamenta, “chin gente, no va a haber segundo bloque”.

Dejé de escribir unos minutos pero es que no pasa nada Nora sigue hablando, reflexiona sobre…ya no sé sobre qué pero si escucho que menciona a la jefa y al jefe, ya cumplió.

Mientras tanto Rich y Cue comparten capuchino, yo los ví y Galdino también.

¡Ah! ya paró Nora. Turno de Mario, “la radio es un acto de fe…”

Memo sonríe pero no se mueve no se vaya a salir de la web cam (¿cómo lo dirá Nora?, pregunta Galdino)…ahora Memo se mueve, “…la radio es un colectivo, las entrañas de la radio…”.

Turno de Lazacano, aguas…
Nora de nuevo, de seguro algo importante pero me distraje.

M. como edecán ahora, presume el libro, pasa las páginas. Sonríe.

No, no se cayó la transmisión es que acabó todo y Galdino se fue corriendo pero imaginemos. Acabó todo, hubo aplausos, muchos de seguro, Lazacano firmó autógrafos, Mario también, Cuevas saludó a algún “fans”, Faustino saludo a otro ¿Por qué no?, los ingenieros recogieron, Carlillos y Orly también, no se sabe si al final pidió un Club Sándwich, el capuchino se acabó también. ¿Falta alguien?

Imagínensela, satisfecha, buscando la aprobación de la jefa, sonriendo y agradeciendo al público, esperando preguntas e inquietudes, ¿ninguna?, es que todo fue evidente, la transmisión perfecta.

Nos hubiera oído Zabludowsky.

¡Joé!



Uno que también estuvo allí.