No fue así pero pudo.

No fue así pero pudo.

Los meseros se hicieron patos, quisieron evitarlo, se hicieron tontos, llegaron tarde a la cita, buscaban que les dijeran: “Bueno, ps ya no vengan”. Ilusos.

Parecían meseros y eran simples productores, debían asistir a la inauguración de la exposición. “Radiomanías de la Yoga”: “bien vestidos, presentables” fue la indicación.

Pantalones de vestir, camisas y hasta sacos, no se alcanzó a apreciar si llevaban corbatas, tal vez guardadas en una bolsa del saco, tal vez verdes o azules, tal vez corbatas color sillas de noticias.

El Capitán de Meseros todo lo contrario, contento por vestir las mejores galas, conciente de que debía estar presentable pues la Jefa le previno. Él optó por corbata roja pero eso si, la cadena por encima de la ropa para que se aprecie pues, se le olvidó la loción, “¡chingá!”.

Otro también vistió de traje, ese en cambio parecía operador de la ruta 83, corbata amarilla, cuando los obligan a encorbatarse, pero él no fue, le obligaron a quedarse, de seguro para apoyar al productor en turno, Papá Perfume. más vale.

Otro se quedó rumiando su muina, Odetto Bazooka, reclamó que ni siquiera como garrotero lo llevaron, “ahí será pa lotra” dijo, profirió una maldición, lo iba a hacer en inglés pero como quería que Steve lo entendiera optó por algo castizo, se acordó de Galdino y dijo “¡Jodér!”, de todo modos Steve no entendió.

Se nos olvidaba apuntar que también fue requerida una Hosstes, la mujer guapa encargada de asignar las mesas y supervisar la atención inicial a los clientes. Gema tampoco iba contenta pero asumió su papel, “Buenas noches, ¿cuántas personas?. Ah, tiene reservación, a ver permítame a nombre de quien….sí, aquí está Ricardo Flores dos personas…una mesa discreta, apartada…ah, llamó la señorita Cuevas, que venía un poco retrasada….por aquí por favor…”.

La lluvia escurrió por el saco y por los chinos de Odetto Carlos, en los lentes quedaron varias gotas como testigos…si, la corbata era color silla de noticias. Con una mirada empañada recorrió el lugar, iba a haber mucha chamba pensó, allí estaban todos y otros todos, pero le llamó la atención una gordita chaparrita que reía y reía, y cargaba un micrófono, Odetto Carlos no la reconoció “¿Será Grita?”.

Al otro Odetto no lo calentaba ni Sol ni Soledad, estaba lacio, lacio; la depresión se le asomaba en cada cairel, la corbata chueca (si también color silla de noticias) estaba manchada por sendos chorros de agua, los zapatos chapoteaban. Lanzó un estornudo que le impidió escuchar el “¿Estás bien corazón?, ya ven se hubieran venido conmigo, arréglate esa corbata”.

Si otros fueron no lo supimos, de seguro si pero como clientes no como personal, y pues, ¿para qué hablar de ellos?, a lo mejor algo ocurrió, algo que valiera la pena y nos hiciera reír, a lo mejor nos perdimos de algo importante, del glamour y de la copa de vino y de la atención de los meseros de “Olvera, Odettos y Compañías”. A lo mejor estuvo bien, a lo mejor se aburrieron menos que nosotros en el Cuarto Piso, a lo mejor la exposición está chida, a lo mejor el libro es interesante, a lo mejor, …

No me importa. Yo no uso corbatas.


Galdino Pérez.

P.D. Falta el 30 de septiembre.

Foto cortesía de Hateboy.