martes, 23 de septiembre de 2008

Guerrilla en Rosa.


Sólo un fragmento, no me acordaba que este texto tiene una duración de 8 cuartillas. El que guste lo puede solicitar.



“Guerrilla en rosa”

Crónica inacabada de un suceso no tan relevante pero lo suficiente.

Llegó tarde a colocar los micrófonos, pero no cinco o diez minutos. Tarde quiere decir: dos semanas, aunque por supuesto nadie esperaba que estallara el escándalo. La propuesta de la Vicerrectora Z. era para “desarrollar formas más sutiles de control”, escuchar las conversaciones, oír lo que en realidad pensaban los estudiantes, conocer planes, corrientes de pensamiento y a partir de eso, proponer medidas coercitivas más eficaces.

Pero no. Llegó tarde y es que el “Penínsular” no encontró esta vez a quien delegar la tarea, Z. fue muy clara “pero esto si quiero que lo hagas tu eh? Y con toda discreción”. Monitoreador se quedó pensando si lo correcto era “a quien delegar” o “en quien delegar”, “Chin, no está en el Código de Hípica”.

Le salvó quizás que era su cumpleaños, lejos del regaño que esperaba: un pastel, mañanitas y abrazos, ni Z se acordó del encargo de colocar micrófonos ocultos en los salones de clase, ni él por supuesto lo iba a mencionar, si además hasta le dejaron salir temprano, “Es que ha tenido tanta chamba mi niño”.

El caso es que los micrófonos no estuvieron listos y el escándalo sorprendió a todos en la BUAX. No era para menos, muchos la conocieron, conversaron y convivieron con ella, otros bailaron y bebieron con ella, quizás alguno hasta se enamoró, ¿por qué no? “¡Pero si es una guerrillera querido!”.

“Oye, si bailaba bien, la verdad es que se movía bien”, alcanzó a comentar alguien al ver las fotografías publicadas en primera plana, quizás recordando aquella noche. “No, ps si yo platicaba a cada rato con ella” decía otro que quería cobrar protagonismo en aquel grupo improvisado en torno al diario. No faltó por supuesto el inevitable “Quien lo hubiera dicho” o el otro igualmente inútil “No lo puedo creer” o un “¿Quien era eh? de alguno de preescolar.

Los pasillos se revitalizaron entonces como el espacio idóneo para el intercambio de información fiable o no, versiones y contraversiones, dichos y desmentidos, hipótesis fundadas o arriesgadas, por suerte, los micrófonos no habían sido puestos a tiempo. “Esta semana quedan, es una asunto de producción, asumo la responsabilidad”.

Una pequeña radio en la Facultad de Radiología le ganó protagonismo al periódico, maestros y alumnos escuchaban con ansiedad la emisión vespertina, en ella el conductor entrevistaba a quien fuera amiga y compañera de trabajo de la “migrante”… se identificó como el agente “G”, “¿te acuerdas?, era amiga de la Especie!”.

- ”Era una chica entusiasta, que estuvo con nosotros en la Facultad de Espeleología como estudiante y unos pocos días como maestra adjunta, le gustaba aprender cosas, investigar…” .

- “Investigar eh?”

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