miércoles, 7 de octubre de 2009

Espíritu bélico mujeril. Segunda de dos partes. (Aunque ya anuncia una tercera)

Más allá de los antecedentes descritos en la entrega anterior, que hablan de la vena bélica mujeril como un síntoma desta Villa de Xoco, vale decir que La Pequeña Habana se había mantenido hasta ahora al margen de este tipo de confrontaciones, con todo y que en su momento contamos en nuestras filas a figuras de la talla de Mónica la Barrera Psicológica de Cultura, a Maricela Morán propiamente en el periodo preclásico y a varios especímenes del Se. So. dignos de otro texto.

Mientras duró la edad oscura, La Pequeña Habana se había mantenido ajena a este tipo de conflictos. Mientras la represión vino de fuera, la comunidad del Municipio Libre cerró filas y soportó como pudo, -aunque ningún miembro se salvó de los ahora extrañados Extrañamientos-, soportó decíamos como pudo, la agresión externa.

El problema de contar con Divas en el territorio de La Pequeña Habana es que sus egos tarde o temprano, de manera frecuente o esporádica, con parafernalia o de forma discreta, siempre acaban por emerger.

Como si la ausencia de un enemigo común externo les dejara un vacío, como si fuera necesario mantener una “condición física” en la defensa y la agresión, así el antes pacífico y aburrido Municipio Libre de Cultura ha visto prolongarse un conflicto interno que involucra a dos de las tres terceras partes de la población.

No se sabe qué fue primero, si el amor o la fuente de música. Dicho de otra manera no se sabe qué fue primero si el divorcio o la fuente de música. Para los menos espabilados diremos aquí que la fuente de música la cubre habitualmente M. y su marido es músico, pero el ex marido de C. es músico y padre de su hija.

Si bien es imposible una división clara de las “Fuentes” con sólo tres elementos, si hay una digamos “tradición” que atribuye la de música a C. pero llegó el amor y un espontáneo “interés” de M por la cosa musical. Aunque antes llegó el divorcio hay que decirlo.

También ocurre que la “Fuente” de cine es tradicionalmente cubierta por M. pero un día se ofreció una entrevista con Dael y con Guiego y ¿quién creen que se apuntó?.

Las otroras comadres, “Chuchas” y demás, han pintado sus respectivas rayas y han hecho de la confrontación su modus molestandus mientras el gobierno de La Pequeña Habana permanece impoluto si es que existe la palabra, y si no existe el caso es que no hace nada.

Entre hastiado y al mismo tiempo divertido por el conflicto, el Comandante Como Comodoro se mantiene al margen, como tratando de no verse involucrado o esperando a ver hasta dónde son capaces de llegar las Divas. Sólo ha intentado, hay que decirlo que la subpoblación del territorio, la del Se. So. no se vea arrastrada en esta confrontación llena de intrigas, agresiones, desplantes, ocurrencias y berrinches.

Cabe decir que aunque el conflicto se prolonga, todavía no ha llegado a niveles preocupantes, según la propia Comandancia de La Pequeña Habana. El choque no ha traspasado las fronteras del territorio y todavía las ofensas y agresiones no alcanzan clásicos como “pinche vieja”. Hasta ahora se ha limitado a algunos desplantes telefónicos, o consultas del tipo. “¿Qué le pasa a C?” o “¿Qué le pasa a M.?”Verdad que ya lleva tiempo así?”.

A decir de una fuente del gobierno que pidió no ser identificada aunque creemos que es el mismísimo Popolón, lo único que le preocupa a Como Comodoro es la “importación a la Pequeña Habana de modos y usos propios del imperialismo” (No es cita textual pero se ve bien), tales como la expresión: “Estoy tronadísima” o “¿No será bipolar?’”, que rebajan el nivel de la contienda.

Otra preocupación parece ocupar el interés de las autoridades y es la aparición reciente de una nueva Diva, ésta perteneciente a la subpoblación del Se. So. de nombre Ombligo y quien a la mejor manera de sus mentoras, lucha ya por posiciones protagónicas en el territorio, con chantajes y desplantes sentimentales siguiendo la escuela de C. y también la de M. pero también con textos acusadores y subversivos en contra de las mismas autoridades en reclamo de una atención que cree merecer.

Un fragmento como muestra del panfleto que hizo circular por La Pequeña Habana en la siguiente entrega.
Galdino Pérez.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jajajaja, buena cronica, lo que se pierde uno por estar al otro lado de la pequeña Habana, bueno si por alguna razon las fricciones entre M o C, hacen que a la pequeña Habana se le escape algo cultutorso y necesites un colaborador de fuente cientifica, no dudes en apoyarte en el todavía no Divo de deportes (espero nunca adivarme si es que existe el termino) jejeje