viernes, 29 de enero de 2010

Juego Sucio en Xoco.

Comentarios sueltos.


Sueltos y acumulados porque mi intención era escribir sobre el juego sucio en Xoco, aquella derrota impuesta en la mesa al glorioso equipo de noticias, los “Realcohólicos”, asunto que como todo lo que se decide en el escritorio, no quedará suficientemente claro pero por las versiones que tenemos parece ser que dicen que dijeron quesque no les avisaron de una jornada doble en la que iría a jugarse uno de los partidos en un día no convencional y del cual ni se enteraron ni se pararon por lo cual dicen que perdieron el dicho cotejo por Default.

Que estuvieron a punto de arreglar el desaguisado al reprogramar, ora si que reagendar el partido como si fuera cualquier entrevista hija de vecina que no cupo en el noti, que estuvieron a punto de demostrar su valía en la cancha y no en la mesa, cual debe, esto quedará como supuesto, como posibilidad no cumplida.

También quedará en el terreno de lo especulativo el saber, el averiguar, el “hubiera” siempre inefable, de cómo el fin del Torneo de Xoco si el escritorio, si los de la mesa, no hubieran intervenido. A esto súmele la otra posibilidad, la del campeonato de goleo al que aspiraba uno de los Realcoholicenses.

Pero no negará usted que los vio alguna vez, que era estéticamente heterodoxo mirarlos con sus arreos, los miércoles unos minutos antes de cada encuentro. No nos referiremos a lo atlético que para eso el ojo mujeril ya habrá tomado nota, pero en lo estético, en lo folklórico del paisaje del Cuarto Piso, vaya que hicieron vistosas aportaciones.

Vaya pues un saludo a nuestros “Campeones sin corona” que entre Davides Silvas, Memos Ochoas, Lioneles Messis o Cuaubtemos, (Cabañas no, mejor no), emularon el esfuerzo, la entrega, la pasión del “Juego del hombre” dicho por los cronistas del fúrbol.

Rosales más Rosales más Bazooka más Chino más Capo más Michael igual a “Ya merito” igual a “En la orilla”.


Como Comodoro.

lunes, 25 de enero de 2010

Homenaje.

Extraño a Perdomo!



No me encanta este texto pero vamos a rendirle un homenaje al Señor Monitoreador. Digamos que es como echar en falta algo que estuvo allí aunque pretendiéramos ignorarlo. Algo que se hacía notar aunque lo evitáramos. Algo que estaba allí aunque no se viera.

Algunos momentos que su presencia nos permitió compartir.
Lilí Sánchez, otrora reportera de Deportes, íntima de Cuevas le hablaba así al dicho Perdomo:
- Ay señor Perdomo, ¿por qué me ve con esos ojos?
- No tengo otros Lilí.
El mismo Monitoreador no tenía empacho en preguntar en cualquier momento:
- ¿Cómo ve Don Juan?
- “Échele un ojo Señor Cultura”.
Quienes no compartieron el espacio con este egresado de la Ibero se habrán perdido que cada día, sin falta, religiosamente y puntual a unos minutos de comenzar Antena Radio Estrés, invitara invariablemente:
- ¿Usted gusta Cultura?
Ya hacia el final de su estancia en el Cuarto Piso comenzó a añadir:
- ¿Usted gusta señor cultura?, para que esté bien informado.
No tan cumplidamente pero siempre que había ocasión, al levantarse para monitorear la cápsula de las doce, también invitaba:
- Ándele, una botanita.

Recuerdo ahora que en otros tiempos, cuando no era aún el heredero de las Glorias del Gran Oso Maya, antes de ser el Jefe Chucho, segundo de a bordo de la Oficina del Trabajo Pesado, antes pues; Chucho era dado a ocultar los remos, los zancos, del arriba citado. Lo mismo hacían las ya desaparecidas Especie y Mi Exalma, y también adornaban las dichas muletas con coloridas calcomanías.
Que Perdomo invariablemente apañaba una de las sillas de cultura es un mal de ingrata memoria en La Pequeña Habana porque, a ver, dile que no al de las Capacidades Diferentes.
Sea dicho esto con todo respeto y porque si no él, si al menos su mentora estaba orgullosa de contar entre sus filas a alguien con las ésas capacidades diferentes. Lo mismo al invitarlo como músico, corista, protagonista de los antiguos viernes musicales en vivo de Revista Antena Radio, que como ponente en mesas de análisis en cualquier programa. La cosa ésa de llenar estadísticas y hablar de la inclusión de personas con capacidades diferentes en el Sistema Nuestro de Cada Día.
Mentora suya y de otros poco afortunados, ella lo trajo cuando aún impartía clases en la Ibero, que no es la “Máxima Casa de Estudios” pero que se volvió la Máxima Casa de Especialistas y posibles entrevistados y cualquierólogos de ésta Máxima Casa de Especialitos.
Que otros lo van a extrañar por la carencia de café en la mañana, también lo sabemos. Más de tres llevarán ya varios días extrañando el líquido que si no era de buena calidad si les permitía engañarse y encajarse, “¿Alcanzaré café Perdomo?”.
Intromisión era su nombre. Bastaba comenzar cualquier conversación en La Pequeña Habana para que el señor sin más, interviniera con sus opiniones, con sus ideas o sugerencias. Una voz siempre lista para monitorear nuestras conversaciones.

Ahora que en su labor, aquella por la que fue contratado hizo de las suyas todos lo sabemos, todos fuimos menos o más víctimas de su ojo crítico, perdón de su oído agudo.

- Que Rebeca despierte antes de entrar en vivo.
- Error de concordancia en cultura.
- No me encantó el sonido de Eduardo.
- Falta buscar la contraparte.
- Hay que explicar a los reporteros los números ordinarios.

Sume el suyo, todos tenemos alguna monitoreada en nuestro haber.
Un reconocimiento porque de no ser por él, no me hubiera fijado en algunas joyas del periodismo radiofónico como las ya clásicas. ”Lo puede ver en yo tuve”, “En el Estado de Ajaiogua” y una de mis favoritas: “Hoy es trece un día antes del catorce”.

Lo dije en su momento, cuando la Liga de las Mujeres Calidad Total se mudó a las oficinas de enfrente, “¡Se les olvidó algo, no se hagan!”
Se llamaba, o como diría el Teacher Bazooka: “se nos adelantó en el camino”. Ya estará Monitoreando otras realidades, otras colaboraciones. Ya estará buscando otros equilibrios, otros encantos.
Por lo pronto no hay café. Nadie me invita a escuchar a Nora.

“¿De qué va su Feria hoy Don Juan?”.